Bordertown Ciudad Juárez

Ciudad Juárez

Bordertown

Edición, fotografía y  diseño Mayra Martell
Texto por Alfonso Morales
Publicado  por la editorial alemana Selttmann and sohne (2013)

Nominado en el 2014 por el gremio de editores en Alemania como uno de los mejores libros de fotografía.

Nominado por el escritor Sergio Gonzales del periódico reforma como uno de los mejores del 2014.

Fragmento del libro por Alfonso Morales

Ciudad Juárez, edición de imágenes realizadas entre 2004 y 2007, es resultado de la primera aproximación de Mayra Martell a las ausencias y desapariciones de su ciudad natal. A la fecha sigue con esa indagación, la cual ha extendido a otras urbes y regiones, y es en el fondo una reflexión en torno al significado social de la memoria y de ésta como fuente de identidad. En su idea de la fotografía documental –y de la edición que la explicita y potencia como discurso narrativo–, los resabios valen como recuerdos pero también como premoniciones. Para Mayra Martell, talentosa fotógrafa que también sabe escuchar el rumor de las palabras y convocar imágenes mediante el uso de recursos literarios, las ruinas domésticas y las huellas de seres desaparecidos no sólo confirman nuestra inermidad ante las poderosas fuerzas que determinan el curso de la historia. Son asimismo pruebas de nuestra capacidad de permanencia y resistencia. Si leemos al revés el relato que condujo a esos espacios deshabitados encontraremos un mundo palpitante en que los maniquís no eran los únicos que sabían lucir trajes de novia y chamarras de carnaza.

La vieja historia de los dos Méxicos. Cada vez que el gobierno federal anuncia la reducción de tal o cual rubro de violencia en México, la duda se esparce: en primer lugar, porque la estadística oficial entre nosotros carece de credibilidad en su recopilación y conteo; en segundo lugar, porque al difundir cifras relativas bajo una idea universal de propaganda, el efecto manipulador resulta obvio y carece de impacto en la ciudadanía; en tercer lugar, porque el presunto decremento nada dice de un impacto real en una situación donde está ausente el descenso sustantivo de la impunidad en el País, ni se observa la mejoría de las tensiones sociales (persisten la crisis económica y la falta de empleo, la predominancia de la economía informal y subterránea, la ineficacia e ineficiencia institucionales, etcétera). En los hechos, y no en las percepciones, la sociedad mexicana vive bajo la escasez, la incertidumbre y la carencia de expectativas fundadas.

Ciudad Juárez es un ejemplo ya clásico al respecto: llegó a ser la «ciudad más peligrosa» del planeta por su cantidad de homicidios y ahora ha descendido en dicho registro, pero mantiene altos índices de violencia y carencias graves de calidad de vida para sus habitantes.

Tanto el gobierno federal, que anunció en su momento el triunfo de su política para Ciudad Juárez con un descenso de los homicidios y alza del empleo, como el gobierno local que insiste en pregonar que nunca existió nada parecido al feminicidio, un error que repiten sus voceros periodísticos y académicos, prefieren entronizar fantasías que admitir la persistencia de una realidad que los contradice: dicha urbe fronteriza, en su historia reciente y en su actualidad, implica un modelo aciago de gestión gubernamental y productiva construido sobre la explotación, la desigualdad, la pobreza y la mentira extremas.

Meses atrás, se publicó en Alemania un libro excepcional de la joven fotógrafa juarense Mayra Martell (1979) titulado Ciudad Juárez…

Extracto del libro «Ciudad Juárez», por  Alfonso Morales

Era una tarde lluviosa de domingo cuando la fotógrafa salió a pasear por las calles céntricas de Ciudad Juárez. Se le impuso la visión de un pueblo fantasma luego de transitar entre “desperdicios pétreos”, recintos vacíos, objetos huérfanos y vidrios rotos. Tuvo conciencia de un desmoronamiento que sintetizaba todo lo que había perdido Ciudad Juárez como memoria histórica y espacio habitable. Intuyó que aun esos despojos tenían los días contados. Comenzó entonces a construir los rudimentos de una arqueología emocional que se propuso la recuperación del aura, el ánima o el aliento de las personas ausentes, a partir del registro de espacios y objetos abandonados. 

Ciudad Juárez, edición de imágenes realizadas entre 2004 y 2007, es resultado de la primera aproximación de Mayra Martell a las ausencias y desapariciones de su ciudad natal. A la fecha sigue con esa indagación, la cual ha extendido a otras urbes y regiones, y es en el fondo una reflexión en torno al significado social de la memoria y de ésta como fuente de identidad. En su idea de la fotografía documental –y de la edición que la explicita y potencia como discurso narrativo–, los resabios valen como recuerdos pero también como premoniciones. Para Mayra Martell, talentosa fotógrafa que también sabe escuchar el rumor de las palabras y convocar imágenes mediante el uso de recursos literarios, las ruinas domésticas y las huellas de seres desaparecidos no sólo confirman nuestra inermidad ante las poderosas fuerzas que determinan el curso de la historia. Son asimismo pruebas de nuestra capacidad de permanencia y resistencia. Si leemos al revés el relato que condujo a esos espacios deshabitados encontraremos un mundo palpitante en que los maniquís no eran los únicos que sabían lucir trajes de novia y chamarras de carnaza.

Ciudad Juárez

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